El femicidio de Rita Valdez: su novio la mató, la cortó en pedazos y la tiró a un dique en Catamarca
Ocurrió en marzo de 2013. El asesino le llevaba 30 años a la víctima y la amenazaba con matarla a ella y a su hijo. Un año después, la Justicia aplicó el agravante por femicidio y lo condenó a la pena máxima. Fue la primera vez que se usó esa tipificación, sancionada meses antes del crimen.
El 5 de marzo de 2013 un grupo de personas que hacía gimnasia en la zona del dique El Jumeal, cerca del centro de Catamarca, se sorprendió con una macabra postal. Flotando en el agua, se podían observar un muslo y un brazo de María Rita Valdez, una joven de 23 años que había desaparecido tres días atrás. Tenía dos hijos, uno de un año y medio y otro de apenas seis meses.
“Un pedazo de carne, así lo describieron”, recordó Miguel Mauvecín, el fiscal que estuvo a cargo de la investigación, en diálogo ahora con TN. “Después, en otro sector, encontramos la cabeza y el otro brazo, pero nunca se encontró el tronco”, agregó.
La mamá de Rita supo que se trataba de su hija por un tatuaje en el brazo. Pero ni el agua ni la barbarie del asesino alcanzaron para dejar impune el atroz femicidio. La Justicia apuntó rápidamente contra Francisco Quiroga, expareja de la joven y padre de uno de sus hijos, a quien ella había denunciado cinco veces por violencia de género y un año después del crimen, en junio de 2014, fue condenado a prisión perpetua.
La desaparición de María Rita Valdez y la peor sospecha
María Rita Valdez y Francisco Quiroga, o “El Negro La Carpa” como lo apodaban, se conocieron en 2008. Ella tenía entonces apenas 16 años y él 46. Al poco tiempo empezaron a convivir y dos años después fueron papás de un varón. Pero la relación que mantenían estaba lejos de ser una historia de amor.
Con el avance de la causa y los testimonios, se supo que Quiroga la maltrataba y la explotaba sexualmente a cambio de dinero. De hecho, durante los dos años que vivieron juntos Rita lo denunció en varias oportunidades por lesiones, amenazas, sustracción de menores a la autoridad de los padres y violencia familiar. La Justicia llegó incluso a ordenar una restricción de acercamiento. Pero nada alcanzó.
Tres días antes de que encontraran parte del cuerpo de la mujer y asomara así el horror, la víctima salió de su casa y le dijo a su mamá: “Voy a buscar leche y pañales”. Fue la última vez que la vieron con vida.
“La mamá de Rita denunció que Quiroga había pasado por su casa unos días antes de la desaparición y amenazó a su hija, le pidió también dinero y le anunció a ella que iba a entregarle a su bebé en una bolsa”, contó el fiscal Mauvecín a TN, sobre cómo fue el inicio de la investigación. Y añadió: “Él (Quiroga) estaba con restricciones, tenía una perimetral”.
Entonces, cuando aquel 5 de marzo hace ya 11 años, aparecieron las bolsas negras flotando en el embalse El Jumeal con los restos de la joven en su interior, la peor sospecha se abrió paso casi de inmediato y “El Negro La Carpa” quedó en la mira de la Justicia.
El camino hacia el femicida
La causa de la muerte de Rita Valdez no se pudo determinar a ciencia cierta. Uno de los obstáculos fue que su tórax no apareció. Sin embargo, no quedaron dudas de que había sido víctima de un femicidio. “Solo se pudo establecer que había fallecido por una muerte traumática y violenta, tenía golpes en el cráneo y una puñalada debajo del mentón”, precisó Mauvecín.
A partir de allí se empezó a reconstruir la historia para llegar al responsable y cada indicio que surgía apuntaba hacia el mismo lugar. “Ellos tenían una relación muy conflictiva. Quiroga le exigía que estuviera con él, no aceptaba que ella hubiera cortado la relación y le exigía además que le pasara una suma de dinero por semana o por día, no recuerdo exactamente. También amenazaba a una nueva pareja que tenía ella”, señaló el investigador.
Los testigos, después, terminaron de cerrar el círculo. “Hubo personas que vieron a Quiroga ir a buscarla a la plaza donde ella trabajaba y llevársela en una moto”, reconstruyó el fiscal, y resaltó: “Después pudimos ubicarlo en el lugar del hecho la noche anterior, él bajaba por una avenida que viene de ese embalse y allí un control policial lo para, para requerirle documentación”.
“Los policías declararon que lo pararon porque Quiroga tenía una actitud sospechosa, por la hora y el lugar”, siguió Mauvecín. “Él dijo que había ido a ver unas picadas de motos que, ilegalmente, hacían en inmediaciones del dique, luego se investigó y esa noche no hubo picadas”, apuntó.
“La tenía siempre amenazada”
Quiroga fue detenido poco tiempo después de eso y llegó a juicio a mediados de 2014. El testimonio de Teresita Barros, la mamá de la víctima, fue contundente en su contra. “Él ya me había dicho que si Rita no le daba plata, me la iba a devolver en una bolsa”, manifestó ante el tribunal catamarqueño.
“Mi hija ya no quería saber nada con ‘El Negro de la Carpa’ porque le hizo mucho daño; fue siempre malo y le pegaba feo cuando vivían juntos. Antes de fin de año 2012, la tiró a mi hija de arriba del techo. Supuse que siempre le pegaba, pero no me contaba cómo. Además, la tenía siempre amenazada”, siguió el relato la mujer.
Según replicó en ese momento El Ancasti, uno de los medios locales que cubrió el juicio, Barros declaró que “Rita era una trabajadora sexual. Dijo que Quiroga la regenteaba y todas las noches le exigía 150 pesos de la recaudación, aduciendo que era para comprar leche y pañales para el hijo que él le había quitado”. También contó que la víctima tenía una cicatriz debajo del pecho porque “El Negro la Carpa” le había clavado un cuchillo.
El silencio del asesino
Quiroga nunca reconoció el crimen. En su declaración indagatoria aseguró: “No tengo nada que ver y todas las personas que dicen que me vieron con ella es todo mentira. Mi hijo siempre estuvo conmigo y yo estaba tratando de convencerla como madre para que me dé la tenencia y así poder cobrar yo la Asignación Universal”.
Durante el juicio se negó a declarar.
La pena máxima y la huella que dejó Rita Valdez
El resultado de la investigación policial, judicial, la declaración de los testigos y las denuncias previas por violencia de género que había presentado la víctima fue una condena unánime a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por femicidio.
“No hay sospechas de que María haya estado con alguien más que con él y menos de que alguien más que él haya tenido malas intenciones con ella”, alegó entonces Mauvecín. Quiroga fue declarado reincidente y los jueces lo hallaron responsable de matar y descuartizar a Valdez, después de obligarla a ejercer la prostitución.
La figura del femicidio, que castiga con la pena máxima al hombre que mata a una mujer en un contexto de violencia de género, recién se introdujo en nuestro Código Penal en noviembre de 2012, a través del inciso 11 del artículo 80.
Apenas un año más tarde, esta tipificación se puso en práctica para condenar a Quiroga, el asesino de María Rita Valdez, decisión que la Corte Suprema dejaría firme por primera vez en 2015.